El paracaídas de Robert C. Hillman
Se calcula que unos 13.000 paracaidistas fueron lanzados en las operaciones adscritas al Desembarco de Normandía. Su misión era clave ya que debían asegurar los caminos, puentes, carreteras y pueblos para facilitar la llegada de los soldados que serían enviados en las primeras oleadas de barcazas a las playas del desembarco. Fue durante la medianoche del día 5 de junio cuando empezaron a partir desde las bases inglesas los aviones C-47 americanos a bordo de los cuales iban estos hombres. Uno de ellos era un soldado llamado Robert C. Hillman, originario de Manchester (Connecticut) y que estaba destinado a la famosa 101 División Aerotransportada Airborne. Antes de que el avión empezara a rodar por la pista los soldados debían comprobar el equipo y la parte más fundamental del mismo era el paracaidas, por lo que se miraba que estuviese en buenas condiciones. Cuando Robert empezó a comprobar el suyo, le dijo a la persona que tenía a su lado («Sé que mi paracaídas está en perfectas condiciones»). «¿Cómo puedes estar seguro»? le contestó. «Porque lo ha comprobado mi madre» sentenció Robert. La madre de Robert trabajaba como supervisora en la compañía Pioneer Parachute Company y sus iniciales estaban escritas en una etiqueta del paracaídas conforme ella lo había revisado. El destino quiso que el paracaídas que utilizó Robert aquel día pasara previamente por las manos de su madre.
Mujeres de la WAFF trabajando en taller de paracaídas
Fuente de la fotografía: iwm.org.uk