Hoy entrevistamos a Mónica González

Con motivo de la publicación de su nueva obra, Noche y Niebla en los campos nazis, hoy os acercamos una nueva entrevista con Mónica González (Valladolid, 1979). Periodista, escritora y guionista de radio y televisión, colabora habitualmente como experta en sucesos en programas televisivos; también en radio con una sección semanal en Madrid Directo presentado por Nieves Herrero en Onda Madrid; además, de escribir para periódicos como La Vanguardia como columnista de opinión y también como experta en asesinos con su sección de Las caras del mal. Asimismo, colabora con otros medios como Muy Interesante, Año Cero y Más Allá de la Ciencia. Es autora de cinco libros, cuatro de ellos ensayos de investigación entre los que destacan el éxito de ventas Guardianas nazis. El lado femenino del mal (2012) con diez ediciones y traducido en Italia, Las caras del mal (2015) o Amor y horror nazi. Historias reales en los campos de concentración (2018).  Fue galardonada en 2017 con la medalla de Oro del Foro Europa 2001 en reconocimiento al mérito profesional. Mónica se considera una buscadora nata, imperfecta y orgullosa de serlo y, sobre todo, una mujer optimista, apasionada y soñadora.

Cómo nació Noche y Niebla en los campos nazis?

Surgió a raíz de mi otra obra anterior, Guardianas nazis: el lado femenino del mal, porque en uno de los capítulos destinados a una de las carceleras expliqué brevemente la biografía de cuatro españolas que coincidieron con ella en el campo de concentración de Ravensbrück. En ese momento aparqué este tema y hace cosa de dos años y medio, Lola Cruz, mi editora, me animó a rescatarlo. Si bien es verdad que esa parte de la investigación no era demasiado extensa, me propuse ampliarla y enfocarla a las españolas deportadas a los campos nazis que, por fortuna, sobrevivieron. Es ahí cuando nació la historia de Noche y Niebla en los campos nazis.

Mónica González

¿Porqué escogiste este título?

Por dos motivos fundamentales: el primero porque existe un libro con el mismo título y por consiguiente no podía utilizarlo. Yo quería titularlo así porque dos de las mujeres deportadas fueron calificadas Noche y Niebla (Nacht und Nebel). Al entrar en los campos, muchos prisioneros eran catalogados de esta manera, lo que comportaba su inmediato envío a la cámara de gas. Alfonsina Bueno y Lola García Echeverrieta son las dos protagonistas que lucieron este distintivo en su vestimenta. No quería desprenderme de este calificativo y tuve que añadir algo más al título para poder utilizarlo. En este caso concreto, es cierto que aparte de sufrir todo tipo de calamidades como hambre, torturas, enfermedades y trabajo hasta la extenuación, su destino pasaba por la cámara de gas. Afortunadamente, por avatares del destino que explico en el libro, lograron sobrevivir.

El segundo motivo es que este término también alude al decreto ley firmado por Hitler en 1941 que posibilitaba las deportaciones masivas, realizadas de forma clandestina, de personas contrarias al régimen. Ellas también recibieron el calificativo de Noche y Niebla. Un término, por cierto que, como no existen casualidades en la historia de Hitler y del nazismo, proviene de un canto contenido en una ópera de Wagner, “El oro del Rhin”.

¿Cómo ha sido el proceso de investigación y documentación de este proyecto?

Farragoso, tedioso, difícil… cualquier calificativo que te pueda dar no termina de hacer justicia. Piensa que estas mujeres se exiliaron a Francia y, una vez allí, se incorporaron a la resistencia. Para ello, cambiaron sus nombres y utilizaron pseudónimos con que ocultar sus identidades. Debido a esto, cuando las deportaron, muchas no fueron inscritas con sus nombres verdaderos. Te doy dos ejemplos: Mercedes Núñez aparece en los registros de Ravensbrück como Paquita Colomer. ¿cómo vas a encontrar información sobre ella si Paquita Colomer no existe?. Neus Català, la más conocida, cambió su identidad por la de Neige Roger.

Es una labor muy complicada. He tenido que estirar siempre de fuentes oficiales como el Memorial de Ravensbrück, el propio campo alemán que visité en enero de 2020. También las dos Amical españolas (Amical de Ravensbrück y Amical de Mauthausen) que me han aportado gran parte de biografías y documentación, pero lo cierto es que sin el testimonio de sus familiares (hijos, nietos y sobrinos) no hubiese podido continuar. Hay vacíos de años que no se hubiesen conocido sin su inestimable ayuda. En resumen, utilicé tres fuentes básicas: información institucional, testimonios familiares y, por último, documentación bibliográfica recogida en libros, documentales y prensa. Todo ello me permitió localizar y conseguir información objetiva sobre estas once mujeres.

En tu libro nos presentas estas once historias de mujeres internadas en los campos de concentración. Bajo tu punto de vista, ¿cuál es el nexo de unión entre ellas?

Principalmente sus ideales, aunque no explícitamente políticos. Me explico. Ellas luchaban por una libertad no individual, sino colectiva de una nación, en este caso de la española. En principio se enfrentaron a la opresión franquista durante la Guerra Civil y luego cuando este accedió al poder. Al finalizar el conflicto, cuando se vieron obligadas a emigrar a Francia, se enfrentaron al nazismo. Por tanto, la mayoría lucharon contra el fascismo. Tenían raíces socialistas porque sus padres les habían inculcado estos valores. No obstante quiero aclararte que no es un libro político y no tiendo a hablar de política en sus páginas. Lo que más las une son principios universales para el ser humano como son libertad, tolerancia, justicia e igualdad. Es lo que buscaban y constituye su nexo de unión en un momento determinado de sus vidas. Quieren derrotar al Tercer Reich sin utilizar armas. Saboteaban el armamento que debían fabricar en el interior de los campos de concentración. Les causaban toda clase de desperfectos para impedir su correcto funcionamiento y de esta forma salvar vidas aliadas. El otro punto común es la lucha ferviente por su propia supervivencia. Esta heroicidad, ese coraje y esta manera de enfrentarse a su destino las unió. Gracias a su fortaleza pudieron sobrevivir a los terribles momentos que les tocó vivir.

Uno de los casos que documentas, el de Violeta Friedman aporta el testimonio que sirvió para encausar a Leon Degrelle…

Si. Este libro va sobre españolas, pero también debía incluir su historia. Aunque nació en Rumania, vivió gran parte de su vida en España por lo tanto se podría decir que era mitad española. Y sobretodo porque su lucha, tras cuarenta años de silencio sin contar jamás a nadie el insomnio sufrido, los padecimientos, la depresión que sufrió tras abandonar Auschwitz y perder a toda su familia excepto a su hermana Eva, hacía imprescindible incluirla. Sin ella, en estos momentos, nuestro código penal no estaría como está. Ella consiguió que el Tribunal Constitucional condenase a Leon Degrelle por un delito de odio. En los años 90, el código penal español incluyó un artículo que condena a cualquier persona que niegue el holocausto y que manifieste un odio acérrimo o cualquier discurso contrario a una etnia, religión, cultura, orientación sexual, etc. Hubo un momento en que este artículo se retiró por un error interpretativo pero se reincorporó con posterioridad y, en este momento, el artículo 510, conocido como un artículo contra delitos de odio recoge su lucha contra la intolerancia. Debemos agradecérselo de por vida. Es un homenaje que debía rendirle.

Violeta Friedman (1951) Fotografía cedida por la autora

¿Qué otro testimonio de los recogidos destacarías?

Es complicado quedarme con un solo, pero si tengo que destacar alguno de alguien desconocido (es verdad que se ha hablado mucho de Neus Català) me quedaría con el de Lola García Echevarrieta, conocida cariñosamente como Charlie. Yo la destacaría por dos cosas: primero por sufrir una muerte insólita asociada a un accidente doméstico. A día de hoy, su sobrina Milagros cree que tanto ella como su marido fueron asesinados. Es una parte de la historia que queda sin resolver aunque es verdad que todo apunta a un escape de gas. Y en segundo lugar porque en el campo de concentración ejerció un rol materno entre sus compañeras. Era una mujer excepcional que aglutinó el cariño de las demás. Les subía la moral con frases como “ No sois animales, ellos si lo son”. Consiguió que sus compañeras no se abandonasen. Les animaba a comer lo poco que les ofrecían, a que se lavasen, a que luchasen por subsistir. Este tipo de personalidad logró abstraerlas de la tragedia y las penalidades que las rodeaban. Es un claro ejemplo a seguir. Desgraciadamente murió pronto aunque pudo transmitir sus vivencias a los familiares y gracias a eso se puede reconstruir esta historia. Era una líder nata.

Una vez liberadas y finalizado el conflicto ¿cómo lograron superar esta experiencia?

Mira, aquí coexisten dos tipos de protagonistas. En realidad el holocausto nunca se supera. Tan solo se sobrelleva. Pero dentro de este sobrellevarlo, hay dos formas de enfrentarlo: aquellas que deciden olvidarlo, acallarlo, que se refugian en un mundo paralelo donde gestionan el dolor mediante la desmemoria. Prefieren no volver a hablar del tema. Sufren depresión y tristeza pero deciden llevarlo por estos derroteros y es una postura totalmente lícita. Y por otro lado están la mayoría de mujeres que decidieron reciclar su rabia, tristeza y depresión como un elemento de docencia. Quisieron enseñar a convivir a las generaciones futuras en un clima de respeto, tolerancia y justicia hacia el prójimo. Muchas impartieron conferencias, charlas y viajaron por el mundo alzando la voz y ofreciendo sus testimonios orales y escritos en pos de ese bien común. A pesar de todo, ninguna de ellas superó las secuelas físicas ni psicológicas de lo vivido en los campos de exterminio pero aún así, independientemente del camino escogido, lo afrontaron con valentía.

Lola García Echevarría (1949). Fotografía cedida por la autora.

¿A qué tipo de público va dirigido el libro? ¿para quién lo has escrito?

Para cualquier persona que quiera conocer la historia de una manera objetiva. No es un libro político. Quiero transmitir sus vivencias para que el lector comprenda el pasado y evite que se repitan. Son testimonios de seres humanos que padecieron una época trágica de nuestra historia. Es un libro dedicado a adultos pero también a adolescentes; chavales de catorce o quince años que deberían conocer lo sucedido para que, cuando forjen su personalidad, sepan que el odio, la intolerancia y la injusticia solo conducen al enfrentamiento. Por tanto, es un libro necesario para cualquiera que quiera aprender del pasado. No es un libro de historia pero si con el que pretendo divulgar no solo datos sino también valores. Y sobretodo quiero dejar un poso en el corazón de los lectores porque al final, lo que pretendo como escritora es que mis lectores sientan una sacudida emocional que les deje huella, que provoque su reflexión.

Para finalizar, llevas muchos años narrando las atrocidades cometidas en los campos de exterminio. ¿Qué ha significado Noche y Niebla para ti?

Un regalo. Porque tener la oportunidad y la suerte de poder conocer todas estas historias tan humanas es un orgullo. Y sobretodo conocer a sus familiares . En mi queda la mayor de las gratitudes y agradecimientos para con ellas. Y aunque no las he llegado a conocer, agradecerles todo lo que hicieron por todos nosotros. Tenía una responsabilidad moral para con ellas. Quería devolverles el favor y este ha sido mi sentido homenaje.

 

Muchas gracias, Mónica. Desde aquí te deseamos toda clase de suerte con tu nuevo título.

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