El bombardeo de Ellwood

El 23 de febrero de 1942 se produce el ataque a un campo petrolífero situado en California, cerca de Santa Bárbara. El llamado bombardeo de Ellwood por parte del submarino japonés I-17 es el primer ataque contra suelo americano que se produce en la guerra. El comandante del I-17 parte con ventaja ya que conoce el terreno puesto que antes de producirse la guerra, Kozo Nishino había visitado las instalaciones cuando capitaneaba un barco que había accedido a su interior para repostar combustible. Este hecho le había permitido recordar cómo era la refinería, dirigiendo las piezas de artillería hacia sus objetivos, aunque con escasa puntería. El submarino estuvo atacando 20 minutos durante los que disparó varios proyectiles (según las fuentes varían entre 13 y 25) de 150 mm que causaron unos daños cuantificados entre 500 y 1000 dólares de la época. A las 19:15 h. se lanzó la primera andanda de disparos que cayeron cerca de unos almacenes tenían como destino un tanque de combustible que se encontraba sobre los acantilados.

Refinería de Ellwood

Fuente de la fotografía: aoghs.org

El ruido alertó a unos trabajadores que estaban de guardia y que en un principio creían que las explosiones se habían causado por fallos en las instalaciones, pero uno de los trabajadores vio las luces del I-17 y enseguida supo que estaban bajo un ataque. Otro empleado llamado G. Brown se puso en contacto con la policía para advertir del ataque y con posterioridad definió al atacante como un barco muy grande, quizás un crucero o un destructor.

Noticia en la prensa sobre el ataque a Ellwood

Fuente de la fotografía: aoghs.org

Para aquel entonces el objetivo había pasado a ser un segundo tanque de combustible y los disparos dañaron a una torre de perforación, una estación de bombeo y una pasarela. Estos fueron los daños producidos por la mitad de las municiones empleadas, porque la otra mitad fueron a parar a una playa desierta. La hora a la que se produjo el ataque ayudó a que no hubiesen víctimas mortales y los desperfectos causados apenas supusieron un problema para las instalaciones. A lo que si que afectaron fue a la moral de los residentes en la zona ya que algunos de ellos hicieron las maletas para trasladarse a un lugar más seguro (bajo su punto de vista). Este hecho unido a la rumorología popular que aseguraba haber visto sumergirse al submarino y poner rumbo hacia Los Angeles hizo que aumentase la psicosis por todo el país ante el temor a que se produjese un nuevo ataque.

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